dimarts, d’octubre 23, 2007

El mite de l'olivera

Aquí tenim la primera col.laboració literària. És del meu amic Bandini

Y el hombre se hizo olivo.

Se secó su piel, relojes de sol y de arena y de cuerda y de cuarzo, arrugas grabadas a viento, salpicaduras del hollín de la memoria. Se escamaron sus brazos y fueron ramas, mar muerto entre los dedos, peces de secano, y sus pies se anclaron en tierras movedizas, puntales contra el olvido, escoliosis en las páginas marcadas del alma, cordón umbilical de un par de zapatos roídos. No atendió ni a lluvias ni a días claros, a calmas ni a guerras, a promesas de amor bajo su abrigo ni a tiempo perdido llorando despedidas. Era un olivo y punto. El frío de sus huesos diluyó en savia su sangre, camino blanco en las venas, sin puntos seguidos ni oasis, sin cruces ni estaciones de servicio. Y en su pelo se posó la vida y se posó la muerte, apéndices de alas mojadas, preguntas y polvo en las hojas, silencio por respuesta.
Y el hombre se hizo olivo.


Com tota la teva obra, pura prosa poètica. No esperava menys de tu, Ramón.
Gràcies!!