Startus!!

Fins ara germà

El club dels Ornitorincs (dos socis)

S e m’ha mort l’Albert. Un dels escassos éssers humans que m’han estimat de veritat.
Poeta i escriptor total, rebel, sincer, provocador, sàtir de les paraules, còmic, maleït…malauradament desconegut.
Es feia dir Startús i tenia el lloro eclèctic, pare del meu lloro eclèctic.
L’Albert Compte se n’ha anat, com tants i tants poetes, per la gatonera de la nostra literatura.
Fundador del club dels Ornitorincs i el millor cronopi que he conegut.
Es va buscar la mort perquè no es va saber buscar la vida. Vull dir la vida com l’entén el veïnat de fames i esperances que són majoria en aquesta món occidental, materialista i fastigosament judeocristià.
No cauré en la temptació d’un panegíric del meu gran germà. No estic content, ni trist...L’Albert ha fet el què ell volia: Viure i morir en plena llibertat a cara descoberta llançant-se al precipici sabent que no podia volar.
Aquí teniu unes engrunes de la seva literatura genial i irrepetible.
És poesia inèdita que m’ha anat regalant al llarg del temps de la nostra relació.



Nocturn de bar.


te´n falten tres o quatre
per veure elefants rosa.
el local és de blues
amb certes concessions
al tango. En tot cas,
tothom aixeca el colze.
Mentre il·lustres ningús
i una flora i una fauna
que riute´n tu del Bosco,
s´adormen a la barra,
opines que el cambrer
és el millor amic de l´home.
Quan vagis a orinar
contempla´t al mirall
si vols emocions fortes.



El setè cercle.

Aquí m´ajec, la frase del segle
la diré després, entre la flora
i la fauna del setè cercle
i amb indicis d´ascens
cap a esferes més lliures
sol·licito espai, ensopego i caic
en estat de coma etílic.

Epitafio
Pasé de la EGB al BUP sin apenas casi darme cuenta. Luego repetí dos veces COU, me cansé de estudiar y me apunté al INEM. Del INEM fui a parar a la SEAT, donde estuve trabajando veinticinco soporíferos años, los más nefastos de mi nefasta existencia. En la SEAT tuve que hacerme de la UGT para defenderme de la CEOE. Fue todo inútil, acabé otra vez en el INEM.
Del INEM pasé más tarde al INSERSO, donde hubiese sido bastante feliz si no llega a ser por mi úlcera sangrante en el duódeno. Del INSERSO me condujeron urgentemente a la UCI, y de la UCI a descansar, eternamente espero, de siglas y coñas marineras. Dios quiera que el marmolista no haya gravado RIP en esta lápida.

DECIR SÍ A LA VIDA
Para Eve

Decir sí a la vida es entonar un sí rotundo a las mujeres bonitas
y a sus cuerpos dorándose en la arena, a las borracheras dicharacheras
metafísicas que, dando bandazos por los tugurios y los estercoleros
de una ciudad desquiciada, nos conducen a la sabiduría del alquimista,
a la muerte del olvido que sólo existe en el ojo turbio del borracho.

Decir sí a la vida es proclamar un sí definitivo a las drogas,
a la libertad de erección, a las amapolas y a las ortigas, a las acelgas
hervidas, al colesterol y a la diabetes, al lamparón de lejía
en nuestra camisa favorita, a tus diminutas orejas perfectas,
al canto y al cisne, ¿quién no muere mientras canta?

Decir sí a la vida es decirle a nuestra eficiente secretaria
que pase sin demora el bueno de Epicuro y dígale usted
al beato Escrivá de Balaguer que no estoy, que me he ido,
no, dígale mejor que me he muerto repentinamente después
de leer su Camino, a ver si así se da por aludido el susodicho.

Decir sí a la vida es decir sí al golpe bajo y a la patada
del amigo hijoputa entre las piernas, es decir bueno qué remedio
a la puñalada trapera que se te hunde en la espalda hasta
el mango pero no te mata. Es decir sí a la caída en picado,
sí al sol, sí a las tormentas desatadas y basta ya cojones
de pertinaces sequías. Es decir sí al goce bendito del silencio
y a tu risa colmenera que rueda pendiente abajo como
una refulgente moneda de luna.

Decir sí a la vida es decir sí, muchas gracias inclusive
a la peor y más madrastra de todas las resacas
-que siempre es la última-, porque la resaca nos instruye
con mano tirana y es ella la que nos da el interrogante,
los intersticios y el oleaje que te lanza inerme y desnudo
contra los acantilados de la nada. La resaca te da las esdrújulas,
los acentos propios del llanto, los ecos de la angustia a cuestas,
las magnitudes del descenso. Cada resaca de más, en cierto
modo, es una borrachera de menos.

Decir sí a la vida es decir no a tu muerte nunca ni tampoco
a tu dolor ni a tu tristeza más hondas; es decir no a tu ausencia,
no al olvido ni a tu miedo abstracto ni a esa manada de angustias
aladas que abate a los indolentes mientras roncan en silencio, a los pusilánimes y a las reinas de corazones que le corten la cabeza...
No a nada de eso.

Decir sí a la vida es decir sí a tu risa esplendente y a tus golosos
límites: esos tejanos azules que llevas rellenos de gloria bendita.
Es decir sí a esa camiseta blanca algo pija estampada en letras
negras que tapan pero no esconden dos dunas simétricas
amasadas en luna llena que están para comérselas crudas
dejado para los postres las crujientes guindas de tus tocinillos
del cielo.

Decir sí a la vida es proclamar un sí incontrovertible
y atronador a tus carcajadas de ninfa del Bosque Encantado
de los Gemidos Inequívocos ante la siesta de un fauno.
Cualquiera duerme estando tú delante.


Els dos primers poemas són de Les celles de la Gioconda.
Els altres escrits pertanyen al recull Al este de Pedralbes